
En medio de su campaña electoral, el expresidente Donald Trump anunció un plan para imponer aranceles masivos a países que considera «competidores desleales» de Estados Unidos, con tasas que podrían superar el 60% en sectores estratégicos como el acero, automóviles y tecnología. La propuesta, revelada este miércoles, busca revitalizar la industria nacional, pero economistas advierten sobre riesgos de inflación y represalias comerciales.
Según documentos filtrados, China y México serían los principales objetivos de estas medidas, con aranceles específicos del 50% para productos manufacturados y hasta el 60% para bienes vinculados a la industria automotriz. Trump argumenta que estas políticas corregirán décadas de «malos tratados» que han perjudicado a trabajadores estadounidenses. Sin embargo, críticos señalan similitudes con su primera administración, cuando los aranceles a productos chinos derivaron en una guerra comercial que afectó a agricultores y consumidores.
La Casa Blanca rechazó el plan, calificándolo de «regresivo» y alertando que elevaría precios en sectores clave. Analistas coinciden en que, de implementarse, la medida generaría tensiones con aliados como la Unión Europea y Japón, además de complicar cadenas de suministro globales ya afectadas por conflictos geopolíticos.
Mientras grupos industriales celebran la protección a empleos locales, importadores y minoristas expresan preocupación. «Un arancel del 60% a vehículos eléctricos asiáticos dispararía los costos para consumidores», advierte un informe de la Cámara de Comercio. El debate ahora se centra en si estas medidas, de materializarse en 2025, marcarían un nuevo proteccionismo o profundizarían fracturas en la economía global.
Fuente: CNN en Español
ç